Bueno, hurgando en mis documentos, me encontré algo que escribía hace un año, o un poquito mas, andaba por ese entonces algo babas y desorientada, esas crisis de "A donde voy?", no es como si ahora esté muy claro eso, jajajaja. Como sea, el caso es que lo subo por que son de esas cosas que es bueno sacar de vez en cuando, de hecho lo escribí para mi novio, por que el siempre em levantaba de mi depre, me sacudía y me ponía a caminar de nuevo, pero yo tontamente me aferraba a andar en el suelo... ya saben... a veces pasa... jajaja.

Bueno ya... aqui se los dejo.

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Congelado y a la deriva iba mi corazón flotando como un iceberg en las aguas negras que inundaban mi ser es difícil respirar cuando te oprime esa oleada de emociones y desesperanza, la necesidad de aferrarse a algo para salir a flote, la necesidad de un lugar calido donde descansar para luego seguir y continuar el viaje. Es duro no contar con ello.

Y de pronto levantas la mirada y observas algo que se acerca, a pesar del agua que nubla tus ojos que te hace borrosa la visión, a pesar de las extremidades exhaustas de tanto nadar. En un intento mas te lanzas hacia la orilla y cuando crees desfallecer una mano toca la tuya y te salva.

El tirón es fuerte y doloroso el choque que produce el cambio súbito de estado te paraliza, pero a pesar de ello ahora estoy a salvo. Me encuentro en unos brazos fuertes que me protegen. Su mirada es severa, pareciera reprocharme mi falta de empeño y mi poca confianza en mi misma. Por que el creé en mi por sobre todas las cosas, siempre me ha tenido fe sin importar nada. El creé en mi más que yo misma.

Por un momento hace a un lado el regaño y me besa y me abraza y reconforta. Su rostro adusto se vuelve dulce y cariñoso. Hace bromas y me hace sonreír. Por un momento olvido todo, el dolor, la angustia, el miedo todo desaparece. Soy feliz.

Pero un segundo después, mi puerto seguro, mi luz, mi refugio cambia. Se vuelve severo conmigo, me reprende, me regaña, me lastima. Se que lo hace con todo el amor que hay en el por mi. Pero no por eso duele menos. Me señala mis faltas, mis errores, mis defectos. Y yo escucho con tristeza todo, no soy demasiado fuerte para aguantar la reprimenda, me quiebro en mil pedacitos.

Bajo la mirada y miro el grillete en mi tobillo, a eso se refiere, por eso me regaña. Por todo eso que cargo a lo tonto, por toda esa basura que me empeño en arrastrar conmigo a pesar de que solo es una carga. Era eso lo que me hundía inevitablemente hasta el fondo. Lo destroza, me libera y vuelve a ser dulce y cariñoso.

Pero pareciera que estoy condenada a repetir la misma estupidez una y otra vez. Por que el ciclo se repite y yo caigo de nuevo. El con todo el amor del mundo me alza la voz una vez mas, quizás ya algo fastidiado, tal vez frustrado. Y de nuevo me protege en sus brazos, pero tarda poco y de nuevo se repite. Una y otra vez.

Me reconforta y me lastima, me protege y me reprende severamente. Yo soy muy inestable y estoy a punto de romperme de nuevo. Aún así agradezco todo de el. El que esté a mi lado. El que me haya salvado de las aguas negras que me jalaban al abismo y el que a pesar de todo siga ahí. Por que estaba predestinado a pasar.

Algún día aprenderé a escucharlo? A hacerle caso y así evitar caer en la misma tontería? Por que no podemos aprender de los errores ajenos y los consejos?

No lo se, pero, tal vez de eso se trate el aprender.