Otro Pato Feo  

Posted by Scarlet Draconni

Había una vez un pato feo… si, un pato muy, muy feo, pero no de esos patos feos camuflageados que luego se convierten en cisnes… no… era un simple y llano pato feo, de esos de plumas grises, opacas y desordenadas, es mas, tenía en la cabeza así como los humanos, un remolino de pelo… ah, pues así, el jodido pato feo tenía las plumas de la cabeza todas desordenadas, parecía un pato punk. Sus patas planas eran las mas planas de todos los patos, y su pico chato, era el mas chato de todos los patos, bueno, hasta las plumas de la cola parecían plumero. Era un puto pato feo.

Bueno, y no solo eso… era un pato gordo… por que si, vieran como le encantaba comer moscas. Era un pato hedonista, le encantaba meter el pico bajo el agua para comerse los pececillos mas pequeños que encontraba por ahí, y a veces salía del agua a buscar gusanitos rechonchos, ñami! También adoraba dormir flotando en el agua, sintiendo el calorcito del sol, pero como les he platicado, adoraba las moscas, una costumbre loca, al ver de los demás patitos, por que los otros preferían cosas mas sabrosas como las migas de pan que aventaban al estanque algunos humanos, pero no, el pato feo hacía gestos a ese pan remojado, no le gustaba, por que iba el a comer eso? Era un tragón, por eso estaba obeso.

Pero al pato feo no le importaba, los demás se burlaban de el, por sus plumitas locas y su andar gracioso en la tierra, ya que han de saber, que el pato tenía las patas chuecas, así que se tambaleaba mas de lo normal y bueno, si, era muy gracioso. Pero todo eso a el le quedaba huango, hacía oídos sordos a los patitos bonitos que se juntaban en grupito a joderle como mero deporte o hobbie… saben cual era la actividad social mas común en el estanque? Si, hostigar al pato feo. Pero nadie nunca le sacó reclamo alguno, el pato feo simplemente se pavoneaba mas seguro de si mismo, les miraba de soslayo y continuaba su camino en busca de mas moscas sabrosas que degustar, esto a veces frustraba a los demás patos y animales del estanque, si, por que han de saber que no solo los patitos le fregaban, los pescaditos también, las libélulas y los pajaritos de los árboles cercanos, las criaturitas que jugaban alrededor como perros y ardillas también hacían burla de las pocas cualidades estéticas del pobre pato feo. Les decía, se frustraban y se iban enojados por que el pato no hacía berrinche por sus feos comentarios y risillas, pero siempre era un nuevo día, y una nueva oportunidad para tratar de hacer llorar al pato feo.

Curiosamente el pato feo si pensaba que algún día se convertiría en un hermosos cisne de plumaje blanco… si su primo Tencho lo había hecho…. Por que no el? (si, era primo del patito feo de los cuentos)

Y así andaba por la vida, esperando a que un día sus plumitas se blanquearan y su cuello adelgazara y se alargara y su cuerpo adoptara la elegancia propia de los cisnes. Era un patito muy orgulloso y siempre tuvo la frente en alto, hasta cuando miraba su propio reflejo en el agua, si… estando a solas lo hacía, por que, aunque no lo demostrase en público, las cosas que le decían lo herían, y entonces el buscaba estar solo y se asomaba a ver su reflejo en el agua y no entendía por que le molestaban tanto? No era tan feo, según el solo tenía uno que otro defectito, pero no era para tanto, miraba su carita compungida y soltaba una o dos lagrimitas de dolor. Luego se recomponía dándose ánimos a si mismo. “Ya verán esos cuando sea un cisne blanco”

Seguía con su rutina de siempre, se levantaba, se daba un baño, jugueteaba en el agua solito, cazaba moscas, se dormía un rato, nadaba y jugaba con los gusanitos antes de comérselos, ignoraba las burlas y luego se iba a dormir. Pero había una cosa que el pato no hacía…

No volaba… por que? Bueno, es que al patito le daba pena desplegar sus alas, por que las tenía extrañas, raras, ya no quería mas burlas, así que se ahorraba que le vieran esa nueva característica y le dieran por tanto nuevos motes. Por muchas ganas de volar que tuviera, el se las aguantaba.

Pasó el tiempo y el pato feo no se convertía en cisne, las burlas seguían y el pato comenzó a perder la fe en que algún día sería hermoso. Dejó de comer mosquitas y gusanitos, se la pasaba llorando en la orilla del estanque mirando su reflejo, observando como sus lagrimitas deformaban mas aquel rostro extraño al caer en el agua y formar ondas irregulares. Ya ni ganas tenía de jugar.

Una noche se despertó muy triste a mirar su feo rostro al estanque, se había vuelto una obsesión y se preguntaba por que era tan feo, por que le había tocado a el ser así. La luna bajó del cielo al agua del estanque y nadando llegó al patito, a través del agua lo miró y le consoló.

“La belleza va mas allá de un pico chato o unas plumitas grises mi niño”

Le dijo la luna amorosamente meciéndolo en sus brazos como a un bebé y el patito se quedó dormido de nuevo bajo el cuidado de la luna plateada.

Al otro día el patito despertó y lo decidió, tenía que irse de ahí, iría a buscar a la bella luna que si lo quería, así que por fin desplegó las alas y saltó al aire para volar. Fue entonces que todos se sorprendieron…

El pato feo tenía unas alas hermosas, largas y estéticas, de plumas parejas y de un hermoso color plateado, volaba gracilmente acariciando las corrientes del aire con sus delicadas plumas. Entonces todos quedaron boquiabiertos, en el aire aquel pato feo se veía hermoso, verlo volar era poesía.

Entonces el patito se dio cuenta que le habían dado unas alas preciosas, no solo estéticas, sino funcionales también, pero no se había dado cuenta por el miedo. Las había mantenido ocultas por desidia y por ocuparse demasiado en el que dirán. Se sintió orgulloso de si mismo y feliz.

Y así el patito se fue volando… en busca de la luna, para agradecerle el haberlo consolado, aquella noche triste.



This entry was posted on viernes, 12 de febrero de 2010 at 15:46 . You can follow any responses to this entry through the comments feed .

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